Sabor de amor… todo me sabe a Branding (III)
Branding / Creatividad / Marketing
Podemos sentir, tocar, oler y escuchar marcas, pero, ¿podemos saborearlas? Posiblemente ya lo hayas hecho y ni te has dado cuenta. Párate a pensar un momento, ¿a qué sabe Ikea? ¿a Suecia? Galletas suecas, albóndigas, chocolates… Brillante estrategia de refuerzo gustativo la del gigante del mueble low cost.
Cierto es que el sentido del gusto es uno de los sentidos más complejos de aplicar en una estrategia de marketing, pero no imposible. Siempre conectamos el gusto con sectores de alimentación, pero grandes marcas como Ikea o Imaginarium, que cerró un acuerdo con Danone para ofrecer sus yogures dentro de sus tiendas, lo hacen realmente bien.
El gusto es el sentido más emocional, y requiere de una cultura sociológica con el país donde se vaya a poner en marcha para evitar catástrofes como la de Coca Cola cuando lanzó su ‘New Coke’, la errónea alternativa ante el crecimiento de su rival Pepsi en los años 80, y es que el sabor importa y mucho.
Conectado con el sentido del olfato, si huele bien, también debe saber bien, ¿no? ¿O acaso nunca has sentido la tentación de dar un lametazo a ese boli super ‘cuqui’ que huele a fresa? Reconócelo, lo has hecho, no pasa nada, las papilas gustativas se activan en parte por medio del olor de los alimentos, cuando las marcas descontextualizan productos con olores apetecibles la lengua piensa sola.
Recordamos el 15% de lo que probamos
El marketing sensorial es el marketing que usa los 5 sentidos para despertar sensaciones y emociones, con el objetivo de vender, de generar experiencias positivas que produzcan sentimientos de fidelidad hacia nuestras marcas. Además de hacer que tu cerebro conecte tus emociones con ellas, realmente provocan sensaciones maravillosas que te teletransportan a la velocidad de la luz con tus recuerdos.
Cuando la parte racional de nuestro cerebro pierde la lucha contra la parte emocional, es nuestra oportunidad de buscar un hueco, es el momento en el que se impone el imperio de los sentidos.
Marcas de alimentación o de bebidas tienen en el sentido del gusto su valor diferenciador, igualmente, sin pertenecer al grupo alimentario, también hay que contar con las marcas de higiene bucal o, incluso, de medicamentos. Pero vivimos en la era del ‘¡Todo es Posible!’
Ropa o papeles comestibles lo hacen realidad, como por ejemplo, el restaurante vasco Sagartoki que cocinó unas tarjetas de visita compuestas por verduras y fécula de alga marina. O una empresa de entrenamiento de supervivencia que desecó carne y grabó sus datos, haciendo unos steaks muy útiles en sus intensos entrenamientos.
Potenciar el diseño con materiales y soportes comestibles cada vez es más fácil y con una buena estrategia facilitará la conexión entre sabor y marca sin necesidad de pertenecer al sector alimentario, convirtiéndola en memorable.
Mª Ángeles Parrilla. Directora de Arte.
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