Dime qué tagline tienes y te diré quién eres.

Branding / Creatividad / Marketing
Escrito por bang, 01-12-2016

Partimos de lo que se puede considerar una verdad universal dentro del mundo del branding: una buena marca suele ir acompañada de un buen tagline. Y es que el tagline es uno de los pilares básicos que sostienen la estrategia de marca. Va siempre acompañando al logotipo y con su lectura podemos hacernos una idea sobre el camino que va a seguir y lo que nos quiere comunicar una determinada marca.

Una vez que tenemos clara su importancia, el siguiente paso sería explicar lo que es. Podemos definir el tagline como una palabra o conjunto de palabras que expresan de manera ingeniosa una propuesta de marca añadiendo valor y significado a la misma.

Como cuando conocemos a alguien, el tagline es para la marca como esa presentación en la que decidimos si esa persona nos cae bien o mal.  

 Para que un consumidor se fije en una marca, el primer paso es que se sienta atraído por ella. Esto se consigue a través del valor diferencial que sitúa a dicha marca por encima de la competencia. Con el tagline la marca nos dice: yo soy así, elígeme a mi y conseguirás lo que deseas.

Make Something or be forgotten

Make Something or be forgotten

Este elemento puramente estratégico suele ser una frase corta, que sintetiza la esencia de la marca y convierte su propuesta en algo memorable y reconocible para el target.

El tagline y el claim no son lo mismo, pero van siempre de la mano.

 Es fácil confundir estos dos términos, otorgarle a uno el nombre del otro e incluso mezclaros entre si. La principal diferencia es que el tagline, al contrario del claim o eslogan de campaña, es una frase permanente en el tiempo que define a la marca y queda asociada a la misma de manera inalterable como si fuera la prolongación del naming. Por otro lado, el claim es un recurso variable y su uso suele reducirse a una campaña concreta durante un determinado periodo de tiempo.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que entre el tagline y el claim debe existir una coherencia. Al fin y al cabo, ambos respaldan y definen a la misma marca, por lo que deben hablar el mismo idioma y proyectar los mismos valores.

Hagamos de esto algo tangible y pongamos un ejemplo para terminar de concretar el asunto. Todos conocemos la marca deportiva Nike. Si nos paramos a pensar un segundo, lo siguiente que aparece en nuestra mente son las palabras “Just do it”. Efectivamente, ese es el tagline de Nike desde sus inicios. Es algo que nuestra mente asocia directamente a su logotipo, una serie de palabras que relacionamos directamente con Nike aunque no se pronuncie su nombre; si alguien te dice “Just do it”, automáticamente tu cerebro dice Nike.

Por otro lado están los distintos claims de campaña que la marca renueva constantemente. Por poner un ejemplo, seguramente a todos os suene el “Yesterday you said tomorrow”. En la siguiente imagen, se ve claramente la diferencia entre el uso del claim de campaña y el del tagline de marca.

Tagline- Yesterday you said tomorrow

Yesterday you said tomorrow

 

En definitiva, el uso del tagline no es un requisito imprescindible pero sí muy aconsejable. Es una buena herramienta de diferenciación y sirve como carta de presentación, aportando un valor añadido a tu marca y conectando con tus audiencias.

Piensa por un momento en esa marca que tanto te gusta. Si recuerdas su tagline ha conseguido su objetivo; ahora tiene presencia en tu mente de consumidor.

 

Belén BuendíaCopy creativa.

 

Escrito por bang, 01-12-2016
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